Compartiendo tu Opinión
Está llegando el tiempo en el que el mercado de trabajo está cambiando tan rápidamente que deja sin empleo a los que apenas acaban de egresar. Por eso la evolución del profesionista tiene que ser constante y de educación continua.
Como universidades tenemos un gran compromiso con la sociedad, no importan los tiempos de crisis, necesitamos seguir dando respuestas positivas.
Si bien es cierto que cumplimos con nuestro papel fundamental que es la formación, también tenemos responsabilidad en la visión que podemos sembrar en nuestros estudiantes para que sean capaces de forjar un futuro para ellos y sus familias.
En la Universidad Mesoamericana procuramos que nuestros estudiantes tengan una formación académica completa, también incluimos temas de administración que los preparen para la vida profesional.
Toca a los jóvenes asumir la mejora continua de su profesión para mantenerse vigentes en su mercado de trabajo, y este es el punto de inicio de lo que se puede hacer para transformar la realidad.
Déjame platicar contigo sobre esto.
La evolución es una forma de mejoramiento paulatino. Tiene un punto de partida: lo que ya es y sin necesidad de hacer grandes cambios, que supongan romper radicalmente con lo que está, transforma hasta hacer algo totalmente nuevo.
Esto lo retoma la innovación disruptiva, concepto que fue desarrollado en 1997 por Clayton Christensen, profesor de la escuela de negocios de Harvard, pero yo lo aplico al aspecto autoformativo para brindar alternativas a nuestros profesionistas.
Clayton Christensen propone una transformación positiva, paulatina, hasta producir un cambio, y que paralelamente vaya ganando seguidores, hasta llegar al punto de convertirse en el prototipo en su género.
Por ejemplo: una de las profesiones saturadas es el Derecho; sin embargo los especialistas son pocos.
Tenemos nuevos escenarios: ahora la impartición de justicia se enfoca en los juicios orales, por otra parte el Internet se vuelve omnipresente en nuestras vidas y lo abarca todo hasta la forma para aprender y hacer negocios, además de que el comercio internacional es el ámbito del futuro por naturaleza.
En esta perspectiva, nos podemos preguntar:
¿Cuántos de nuestros abogados, incluso quienes hace tiempo egresaron de las universidades, están preparados para argumentar y disertar, a partir de un diálogo, de manera efectiva en un juicio oral?
¿Cuántos de nuestros jóvenes egresados, inmersos en el Internet todo el día, se están planteando aplicar sus conocimientos para irse desarrollando en una rama del derecho que tiene sus propias aristas?
¿Cuántos de aquellos abogados están considerando los escenarios internacionales para dirimir controversias de interés comercial en otros países?
Luke Williams Frog sugiere desarrollar ideas rompedoras para cambiar la industria en la que uno se desenvuelve y que al mismo tiempo pueda sorprender al consumidor, haciendo algo que nadie se espera, pero que en el mercado genere su propia demanda y, por último, poner creatividad al ofrecerlo al consumidor.
¿Verdad que todo esto está interesante mis queridos amigos?
Te platico más en mi siguiente artículo. Hasta entonces.
Imagen: berenoza.blogspot.com
Salvador Calva Morales es rector de la Universidad Mesoamericana.
